¿Qué es el Gasto Corriente?

En palabras simples

El gasto corriente se refiere a aquellos desembolsos del Gobierno Central para mantener el funcionamiento y la provisión de servicios públicos y financiar derechos sociales a las personas. Este tipo de gasto incluye conceptos como el pago de remuneraciones del personal contratado en los organismos públicos, la compra de bienes y servicios para el funcionamiento de tales instituciones del gobierno, los aportes en dinero o en especies que se le entrega directamente a familias o empresas pequeñas desfavorecidas a través de políticas específicas, el pago de pensiones y prestaciones sociales de jubilados del sistema antiguo de reparto o del personal de las fuerzas armadas y de orden, entre otros.

Definición Técnica

De acuerdo a las convenciones internacionales, el gasto corriente del sector público de un país "corresponde a aquél que efectúa una agencia fiscal para financiar su operación normal, incluyendo materias de personal, compra de insumos, bienes y servicios en general que requiere para funcionar, de tal manera cumplir con alguno de los dos propósitos esenciales del gasto fiscal:

• i) satisfacer las necesidades sociales mediante la provisión de bienes y servicios públicos;
• ii) redistribuir la riqueza de un país mediante transferencias monetarias a sectores más vulnerables de la sociedad"

Llevado a la Practica

El gasto corriente del Estado es fundamental para satisfacer las necesidades sociales permanentes que tiene un país. Habitualmente representa un alto porcentaje del gasto fiscal anual, llegando en Chile a alcanzar el 87,5% de los recursos anuales ejecutados del presupuesto de la Nación en 2020.

En términos de importancia en recursos, del total de gastos corrientes el más importante en Chile tiene que ver con los Subsidios y Donaciones, que están constituidos por aportes al sector privado (desde subsidios a las familias pobres, hasta las subvenciones educacionales), que representan el 37% de los gastos corrientes en 2020; le sigue el gasto en remuneraciones del personal del Estado, que representa un 17% en 2020 de dichos gastos corrientes; luego le sigue detrás los gastos en prestaciones previsionales, que están conformados por todos los pagos de pensiones del sistema antiguo de reparto, las jubilaciones del personal de las fuerzas armadas, o el pago de la Pensión Básica Solidaria de Vejez e Invalidez, los cuales representan en conjunto casi el 14% del total de gastos corrientes; y enseguida, le sigue en orde de importancia los gastos asociados a compras de bienes y servicios para la operación de los organismos públicos, cuyas transacciones se rigen mayormente por la ley de compras públicas y se registran en la plataforma de mercado público, cuya representación en 2020 alcanzó el 7% de los gastos corrientes de dicho año.