En el contexto de la tragedia mundial provocada por el COVID-19, el sector Salud del Estado se ha visto sometido a una dura presión por realizar compras contra el tiempo.
Si bien la alerta sanitaria fue declarada el 05 de enero de este año y entró en vigencia el 08 de febrero con la publicación del decreto en el diario oficial , las reales implicancias de la pandemia se pudieron apreciar cuando la situación escaló a Europa a finales de ese mismo mes.
Frente a este escenario el Observatorio del Gasto Fiscal estimó necesario realizar una serie de análisis de cómo se han comportado las compras por parte del sector Salud. Este primer documento se enfoca en la modalidad de “trato directo”, por su importancia actual para las compras públicas, que requieren minimizar los tiempos de reacción del Ejecutivo. Dada la emergencia sanitaria, la licitación prácticamente queda descartada como una opción, debido a lo largo que es su proceso de tramitación.
Sin duda, los tratos directos son una herramienta importante en la actualidad, pero también conllevan riesgos que hacen necesarios un monitoreo especial para conocer aspectos como: con cuanta frecuencia se usó, para qué y quiénes fueron los principales actores involucrados.
Como era de esperar, el sector Salud aumentó sus compras por trato directo en el primer trimestre 2020. De hecho, los tratos directos del primer trimestre de 2020 muestran un alza de $ 65.788 millones, comparado con el primer trimestre 2019, un crecimiento de un 32%.
Pese a ello, la participación del sector salud en las compras directas totales del Gobierno Central bajó para el periodo enero a marzo 2020, comparado con 2019, de un 75% a un 70% respectivamente. Esto se puede explicar porque debido a la crisis de la pandemia -o la crisis social-, no solo instituciones de este sector han hecho un mayor gasto vía esta modalidad, sino que también instituciones como Carabineros de Chile y las Fuerzas Armadas, junto con el SERVEL.
El principal nuevo actor dentro de las compras por trato directo corresponde a la Subsecretaría de Salud Pública que ha sido la encargada de realizar las adquisiciones de emergencia como ventiladores mecánicos, mascarillas y test de COVID-19, como era de esperar. Menos entendible, es que todas las órdenes de compra generadas para estos fines tienen fecha de envío a proveedor en marzo de este año, lo que pone en duda la tesis de haber estado preparado.
Es por esta razón que resulta muy importante poder identificar en futuro todas y cada una de las compras relacionadas con la emergencia. Para ello proponemos generar un prefijo para cada orden de compra, que se coloque al principio de cada descripción, y que sea “COVID-19”. Con esta marca se hace fácil el monitoreo de las respectivas compras. Ello incluso ya se está haciendo en algunas de las compras, como las realizadas por la Subsecretaría de Salud Pública, donde se está usando el prefijo “CORONAVIRUS”, y en otras instituciones COVID. Aun así, la idea es que exista un código estándar para todas las instituciones y que se use siempre cuando la compra esté relacionada a la emergencia.
Por último, cabe destacar que los medicamentos con único proveedor siguen siendo una de las principales adquisiciones en el primer trimestre. Sin embargo, al menos en términos de los principales productos, podemos apreciar que ya un 42% (37.285 millones de pesos) del monto total de los diez principales tratos directos (88.946 millones de pesos) fue adquirido para enfrentar la pandemia.
Por los montos involucrados, resulta importante seguir monitoreando esas compras en detalle.
Los resultados arrojados en este Informe puedes conocerlo en este
¿Cómo podemos mejorar esta sección?
¿Te gusto nuestra publicación?
*Donación de $2.000
saber más
Nos alegramos de que la sección sea de tu utilidad!
¿Cómo podemos mejorar esta sección?
Infórmate de lo último del Obsevatorio. Nuestras actividades y estudios directamente en tu e-mail.